PUBLICADO POR EL PERIODICO DE CATALUNYA - ESPAÑA
Rusia lleva hasta el patio trasero de EEUU el pulso con Occidente
• Putin envía barcos de guerra a Venezuela tras el despliegue de la OTAN en el mar Negro
• Chávez es ya el primer cliente de armamento ruso en Latinoamérica
"Por supuesto que vamos a responder; y la forma en que lo haremos la conoceréis más tarde". A principios de septiembre, Vladímir Putin, primer ministro de Rusia, crecido y sin complejos, no ocultaba sus ansias de desquitarse de EEUU por su decisión de hacer llegar ayuda humanitaria a Georgia con buques de la Marina estadounidense, tras la corta guerra que enfrentó a Tiflis y a Moscú en agosto.
Y Putin, hombre fuerte del país más extenso del mundo, no ha tardado ni un mes en materializar su revancha frente a semejante intromisión en lo que el Kremlin aún considera su área de influencia. El 22 de septiembre zarpó de la base naval rusa de Severomorsk, en el océano Ártico, con destino, primero al mar Mediterráneo y luego a Venezuela, una flota de buques de guerra, con el crucero nuclear Pedro el Grande en cabeza. Dando una nueva vuelta de tuerca, el Kremlin optaba por llevar hasta las cálidas aguas del mar Caribe, el patio trasero de EEUU, su confrontación con Occidente, para unos ejercicios militares sin precedentes desde la guerra fría.
CON ESCALA EN LIBIA "Las próximas maniobras están pensadas para demostrar que si EEUU puede operar libremente en el patio trasero de Rusia, Rusia puede hacer exactamente lo mismo", apunta a EL PERIÓDICO Michael Shifter, vicepresidente de la consultoría Diálogo Interamericano, con sede en Washington y especializada en el hemisferio occidental.
La escuadra rusa, que realizará unas maniobras militares conjuntas con la Armada Bolivariana de Venezuela entre el 10 y 14 de noviembre, penetrará este domingo en el mar Mediterráneo, recalará en Libia, y habrá llegado a las costas del oponente número uno a la hegemonía de EEUU en América Latina precedida de dos cazabombarderos estratégicos Tu-160, que durante ocho días han realizaron patrullas aéreas sobre el Caribe y el Atlántico sur. Rusia cuenta con 16 de estos aparatos, considerados los más modernos de su tipo de la aviación del país.
De momento, todos coinciden en que este alarde naval y militar no va más allá del simple gesto teatral que no pone en peligro el equilibrio estratégico en el hemisferio Occidental ni, mucho menos, supone una reedición de la crisis de los misiles con Cuba de 1962. Según Pavel Felgenhauer, analista militar ruso crítico con el Kremlin, "la amenaza adicional que representa el despliegue de un crucero nuclear y un puñado de bombarderos en el Caribe no es excesivamente seria" comparado con el arsenal estratégico de Rusia. Pero admite que el despliegue naval sí "constituye un nuevo paso en la confrontación con Occidente".
Durante mucho tiempo, los vínculos entre Caracas y Moscú no han producido más que comentarios maliciosos entre las cancillerías occidentales, que consideraban esta relación bilateral más una suerte de comodín sin contenido que se guardaba Putin para los momentos álgidos de confrontación con Occidente.
MOMENTO DE DEBILIDAD
"No parece que Rusia y Venezuela sean aliados estratégicos; dado el momento de debilidad de la economía estadounidense y después de las operaciones navales en el mar Negro, Putin cree que es momento para contraatacar, y usa a Chávez con este propósito", constata Shifter.
Pero ello no quiere decir que ambos bandos, y en especial Chávez, no hayan sabido sacar partido de este noviazgo de conveniencia. Rusia es uno de los pocos países dispuestos a hacer caso omiso a las recomendaciones de Washington de no vender armas a la Venezuela chavista. En dos años, ambos países han firmado 12 contratos de armas por valor de 2.998 millones de euros, convirtiéndose Caracas en el principal cliente en la región para las ventas de armamento ruso.
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