Foto : autor del artículo Saul Godoy Gomez |
De acuerdo a las ciencias políticas y la historia de las naciones, no basta el gesto fundacional, la actuación de una Asamblea Nacional Originaria, de una nueva Carta Magna, el nombramiento de nuevas autoridades y la creación de instituciones, o asumir nuevos símbolos patrios, monedas, uniformes y nombres para la toponimia y obras públicas, se trata solo de formas, pero el contenido, el espíritu de toda nueva República debe reposar, no solo en su sujeción a un Estado de Derecho, respetar y hacer respetar las leyes de la República, encontrar su lugar en el concierto de naciones y ajustarse a un orden internacional, sino principalmente, en evitar que la dirección del Estado esté en manos de un solo hombre, tal y como sucede en las monarquías.
Chávez proclamó el advenimiento de una supuesta Quinta República casi en su toma del poder en 1999, en base a diferencias ideológicas, contraponiendo su socialismo del siglo XXI a una Cuarta República que denunciaba como títere del imperio capitalista, pero pecó de lo que criticaba, se dejó llevar por su cubafiliación y le entregó el país a Fidel Castro, en uno de los actos de traición a la patria más públicos y documentados que se tenga memoria, hasta el punto, de permitir que se izara la bandera de ese país en una de nuestras principales instalaciones militares.
En Venezuela hemos tenido 26 constituciones si contamos el Acta de Independencia como una de ellas, y según la apreciación de algunos historiadores, que utilizan la división en cuatro repúblicas como método para enseñar nuestra historia, solamente incluyen la de 1810, la de 1813, la de 1817 y la de Páez de 1830 que se extiende hasta nuestros días (con excepción a determinados intentos federativos, entre ellos la instauración de unos Estados Unidos de Venezuela que dejó por fuera en su Carta Magna la palabra República), excepto por Chávez y sus seguidores que pretenden imponer una Quinta República a partir de la instauración de su modelo estatista-socialista, tratando de hacer ver que se trata de algo nuevo, inédito en nuestra vida republicana.
Habría que ver que entienden nuestros comunistas endógenos por república, pues en la acepción general se trata de una forma política-jurídica que niega el dominio de un solo hombre en el poder (aunque traten de ocultarlo bajo la consigna del Poder Popular), se basa en el respeto y cumplimiento de un Estado de Derecho, con ciertos valores que tienen que ver con democracia, con la igualdad ante la ley, con el respeto de los derechos ciudadanos y por sobre todo, con el estricto acatamiento a la Constitución.
La Constitución que se dio esta mal llamada "quinta republica" no dice en ninguna parte que Venezuela es una república socialista, obliga al Gobierno a ser respetuosos de convenios internacionales, proclama la separación e independencia de los poderes públicos, el respeto a los derechos humanos entre ellos al derecho a la propiedad privada, establece la descentralización administrativa del Estado, obliga a las FFAA a permanecer neutral ante los partidos políticos, entre otras muchas cosas que este gobierno socialista se empeña en desacatar; utilizando leyes habilitantes inconstitucionales pretende burlar la Carta Magna, con el apoyo del Tribunal Supremo hace interpretaciones írritas del espíritu de las normas establecidas, con el silencio cómplice de una parte de las FFAA pretende entregar territorio patrio a países extranjeros y lo peor, utiliza las instituciones y el sistema de justicia para tapar sus delitos, acallar las voces de la oposición y crear terror para que nada se reclame.
Esto no es una República, mucho menos una quinta, se trata apenas de una grotesca interpretación política de lo que es un Estado opresor e indigno, lamentablemente, todavía apoyado por algunos mal llamados venezolanos.
SAÚL GODOY GÓMEZ
saulgodoy@gmail.com
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